Hoy os propongo un artículo de Marina Monzón, Psicóloga y Enferma y una gran profesional.
En esta ocasión quiero hablar de
un tema que afecta a todos los que están en el camino de ser padres. Cuando una
pareja está esperando un bebé es el comienzo de un periodo de grandes cambios.
Éstos, se producen en todas las áreas que conforman esa relación y es
importante conocerlos para poder prepararnos y adaptarnos a las nuevas
situaciones.
Una de las áreas afectadas es la
relación íntima con nuestra pareja. Las alteraciones hormonales hacen que el
deseo sexual pueda verse alterado. Muchas
mujeres manifiestan una disminución de la libido durante este periodo y otras,
por la contra, la ven aumentada. Ninguna de las dos es mejor que la otra,
son cambios que no tienen una significación clínica y hay que aceptarlos como
un fenómeno que ocurre sin más consecuencias. Puede variar a lo largo del
embarazo o mantenerse durante toda la gestación. Lo importante es poder hablar
con nuestra pareja de lo que nos pasa, qué es lo que necesitamos y poder entre
los dos encontrar la manera de satisfacer nuestras necesidades. Hablar,
encontrar momentos de intimidad y maneras de aproximarnos que quizá hasta el
momento no habíamos incluido en nuestros encuentros harán que nuestra relación
se enriquezca y nos encontremos más cercanos incluso que antes. El secreto: ¡no
olvidemos que seguimos siendo una pareja!
Si la libido se mantiene, o
incluso aumenta, es importante saber que
las relaciones sexuales no son incompatibles con el desarrollo normal del
embarazo. Este miedo lo tienen muchas parejas que bajan el nivel de sus
encuentros o que no llegan a ser satisfactorios porque temen afectar al bebé.
Éste está protegido físicamente dentro de la bolsa en la que se encuentra, no
le afectará la penetración. Tampoco le afectará la excitación o el orgasmo, por
lo que la mujer puede disfrutar de su pareja sin miedo. Lo único a tener en
cuenta es si existe alguna contraindicación por parte del médico (suele ser si
existe riesgo de aborto, placenta previa, sangrados vaginales sin explicación,
alguna infección de transmisión sexual, rotura de bolsa). Pregúntale siempre
que tengas dudas.
Respecto a las posturas, no hay prohibiciones, pero sí que algunas
serán más cómodas que otras, sobretodo conforme vaya avanzando el embarazo.
Este es un buen momento para usar nuestra imaginación y probar posiciones
nuevas. Solo debemos evitar que la pareja de apoye sobre el abdomen, pero esto
es algo que no nos limita para poder tener relaciones satisfactorias.
El cuerpo de la mujer sufre un
cambio global: el vientre más abultado, los pechos de mayor tamaño y mucho más
sensibles, incluso dolorosos, las caderas se van ensanchando, también hay
cambios en la vagina. Todo esto y muchas otras cosas, que hacen que nos
preparemos para dar a luz y para mantener a nuestro pequeño en sus primeros
momentos. Esta imagen a veces hace que la mujer no tenga la confianza que
siempre ha tenido a la hora de desnudarse y mantener relaciones sexuales. Seguir
teniendo un acercamiento con nuestra pareja hará que aceptemos mejor
estos cambios. Que nos transmitan que
seguimos siendo mujeres deseables y el acercamiento físico, en cualquiera
de sus formas, es muy positivo en este periodo en el que algunas mujeres se
sientes más vulnerables.
Estos son unos trazos sobre este
tema tan importante. Volveremos a él para poder aclarar dudas que surjan y
ampliar información.
A mi me parece muy interesante puesto que estoy embarazada y tengo muchas dudas de todo tipo.
ResponderEliminarun saludo.