miércoles, 15 de octubre de 2014

Hannah Arendt, otra gran mujer de armas tomar



Desde cremabase volvemos hablar de otra gran mujer: Hannah Arendt. Ayer el doodle de google estuvo dedicado a ella y varias portadas hablaron de esta mujer: abc, elpais, ideal, lavozdegalicia, etc...

Hace 108 años que nació Johanna, filósofa política de orígen alemana primero, estadounidense judía posteriormente tras la retirada de su nacionalidad en 1937.

Conocida, entre otras cosas, por entender la crueldad nazi:
en 1961 fue enviada a Jerusalén por el diario The New Yorker para cubrir la noticia del juicio contra el nazi Otto Adolf Eichmann.

Qué fue lo más impactante de la noticia que publicó en 1961 Hannah: calificó a Eichmann, transportista de judíos en masa hacia los campos de exterminio, como una persona normal, ni mucho menos maligna ni siquiera con malas intenciones. 

Hannah intentó explicar que aquellos sin decisiones ni motivaciones personales, en definitiva : sin juicio propio, pueden verse envueltos en una situación social que les lleve a realizar actos totalmente inaceptables si se miran desde otro entorno social.

Desde mi punto de vista, este señor fue un inepto sin escrúpulos, capaz de cualquier atrocidad con tal de ascender, pero sin duda, admiro a esta enorme intelectual por deslumbrarnos con una forma atípica de explicar el comportamiento humano cuando éste renuncia a su capacidad crítica: vamos a su libertad. A esto, de forma muy resumida, ella no denominó "banalidad del mal".



Si quieres conocer a Hannah Arendt os aconsejo esta película, dirigida por Margarethe von Trotta y protagonizada por Barbara Sukowa.


Tal y como nos explican en El intransigente el argumento se centra en la respuesta que la filósofa brinda sobre el juicio del ex nazi Adolf Eichmann, pleito que cubrió para The New Yorker en el año 1961.


Los  escritos vertidos por Arendt  sobre el juicio fueron polémicos por la descripción que en ellos se hace del propio Eichmann, y por la introducción del ya famoso concepto de "la banalidad del mal" según lo estableció la propia Hannah Arendt.




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